Iglesia Santa María la Mayor

La Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor es un templo religioso católico situado en la población de Guadahortuna, provincia de Granada en Andalucía.

Arquitectura

Portada renacentista

La construcción data del S. XVI en estilo mudéjar. De planta rectangular, se conforma con tres naves separadas por pilares, las naves laterales rematadas en testero plano y capilla mayor cuadrada avanzada, donde se situaba el retablo, y aislada por arco toral Las naves laterales presentan diferente anchura. El coro está alineado con la nave central de planta cuadrada y se encuentra a los pies elevado sobre una tribuna. Las tres naves no tienen capillas y están separadas por dos arcadas en los laterales de la nave central cada una con cuatro arcos apuntados doblados sobre pilares rectangulares ochavados. Una vez terminada la estructura del tempolo se realizaron la capilla mayor, que es obra de Diego de Siloé y la portada. Cabe resaltar también la puerta tallada en madera de la sacristía que es obra de Pedro Machuca.1​ 2​

Portada principal

Esta monumental puerta renacentista se inspira en la puerta del perdón de la Catedral de Granada. Destaca sobre el exterior liso de la iglesia y consta de dos cuerpos y tres calles.

El cuerpo inferior se centra con un arco de medio punto, donde se suceden cabezas de serafines y en las enjutas dos ángeles con láureas. Las jambas están decoradas con relieves de figuras femeninas soñando instrumentos y otras antropomórficas con extremidades filarmónicas. El intradós se divide en cinco casetones con relieves. El del centro contiene la figura alegórica de la Caridad. Los laterales tienen figuras antropomorfas aladas y figuras femeninas arrodilladas tocando instrumentos musicales. El conjunto queda enmarcado en columnas pareadas y exentas sobre pedestales de orden dórico con guirnaldas florales.

El segundo cuerpo se divide en tres ámbitos. El central está ocupado por una hornacina rectangular rodeada por una moldura con puntas de diamante y flanqueada por columnas todo ello realzado por un alto banco con el escudo del arzobispo Pedro Guerrero en el centro. A los lados dos templetes exentos con columnas de orden pseudojónico. Rematan este cuerpo dos frontones triangulares, en los laterales, y uno curvo en el centro.

Retablo

Se situaba en la capilla mayor hasta su destrucción en la Guerra Civil. Desde su encargo a su colocación pasaron más de 60 años. En 1560 Luis Machuca Horozco, hijo de Pedro Machuca, realizó tres esculturas. El resto del retablo fue obra de Baltasar de Arce y Francisco Sánchez de la escuela granadina de escultura. 3​ Una vez terminada el retablo se guardó en el Hospital Real. En 1598 se encargó a Miguel Cano la terminación del retablo que llega en 1618 a Guadahortuna sin policromar. 4​

Artesonado mudéjar

Las naves laterales se cubren con alfarjes inclinados y la nave central con una armadura de limas mohamares ochavada con nueve tirantes pareados con lazo y apeando sobre dobles canes de acanto antropomorfos.

Torre

La torre se alza sobre la capilla bautismal, y sobresale en su cuerpo alto sobre los muros del templo. Está compuesta de tres cuerpos, cada uno de menor sección en planta que el precedente. El primero, de sección cuadrada e integrado en la línea de la fachada, tiene dos vanos en su lado sur. El segundo cuerpo, exento, tiene en sus cuatro frentes arcos de medio punto donde se sitúan las campanas. El tercer cuerpo, ochavado a media altura hasta formar en planta un octógono regular que remata la torre, con un arco de medio punto en cada uno de los lados con discos en las enjutas y una moldura que recorre todo el perímetro a la altura de las impostas.

Historia

La iglesia parroquial de Guadahortuna es un exponente del arte del Renacimiento granadino. Esta iglesia es una de las de las llamadas siete villas situadas en el territorio situado al norte de Granada en lo que había sido la frontera norte del Reino Nazarí. Los trabajos iniciales datan incluso de 1506 tras la fundación de la nueva población y de 1535 data una ampliación y retejado. En 1542 hay nuevos trabajos del cantero Domingo de Yguía y Juan Castellar. Finalmente en 1547 Diego de Siloe traza la capilla mayor. Durante la Guerra Civil sufrió daños por vandalismo y se perdió un importante grupo de bienes muebles.5​

Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) el 15 de junio de 1983.

Puente de El Hacho

 

El puente del Hacho está situado en el punto kilométrico 104,4 de la línea férrea Almería-Linares, en el municipio de Guadahortuna (Granada), junto a la pedanía del mismo nombre —El Hacho, sobre el rio Guadahortuna—, y es el más largo de cuantos constituyen la red ferroviaria española.1​

Proyecto

En 1889 se creó la Compañía de los Caminos del Sur de España, que encarga su obra a la empresa francesa Fives Lille, que construyó el Puente del Hacho cerca del límite con la provincia de Jaén, en el TM de Guadahortuna y justo en el límite con el TM de Alamedilla, en la línea Linares-Almería, a la salida de la estación de Alamedilla y Guadahortuna.

El proyecto del mencionado puente fue encargado al estudio de Gustave Eiffel, y fueron sus alumnos y colaboradores Duvel y Butilia quienes, bajo la dirección y supervisión de Eiffel, realizaron el mencionado proyecto; a principios de la década de 1890 ya estaba concluido. El puente del Hacho tiene una estructura similar a otras obras realizadas por el mismo estudio, como la Torre Eiffel o el Puente de San Juan en Oporto. Los trabajos de construcción del Puente del Hacho durarían hasta finales de 1897.

El puente fue puesto en servicio el 22 de marzo de 1898.

Construcción

Es una estructura metálica de 624,6 metros de longitud y una altura de 49,85 metros en su parte más alta, realizada con perfiles estructurales del tipo: ángulo, pletina y “U”, cosidos con roblones.

La mencionada estructura formada por tres vigas de celosía, diferentes, apoyadas sobre once pilastras. Una viga central de 486 m de longitud, con 8 vanos de 60,75 m cada uno, que descansa, excepto en sus extremos, sobre 7 pilas metálicas con basamento de fábrica. Las otras dos vigas son dos pequeños viaductos de acceso, el del lado de Linares con 102 m, formado por tres vanos de 34 m cada uno, y el del lado de Almería con un solo vano de 34 m. Ambos descansan sobre pilas de fábrica, de las cuales los pilares internos hacen de estribo común para con la viga central. En los extremos del puente, los viaductos de acceso descansan sobre estribos macizos de fábrica.

El puente en construcción.

Para visitar fácilmente y sin el menor peligro todas las partes metálicas de la obra, y practicar cuando sea necesario la reparación del roblonado, se colocó una pasarela en la base de los tramos del viaducto principal y en la parte central del mismo, que permite recorrerlo en toda su longitud. De la mencionada pasarela puede subirse al nivel del carril a través de una escala metálica colocada en cada extremo de la misma y acceder a cada una de las pilas metálicas mediante una escala de hierro que permite la bajada hasta los basamentos de fábrica.

El engrapado de las pilas en el basamento de fábrica se hace por medio de un sólido tirante, situado en el eje del montante y unido a este en la parte superior que cruza la fábrica en una especie de vaina de hierro fundido, que viene a unirse, por medio de un fuerte patín de acero con tuerca, a una doble viga de hierro en I transversales, coronados estos mismos con placas de acero fundido.

El basamento, construido para resistir esfuerzos verticales u horizontales, está constituido por un macizo de fábrica de mampostería, con paramentos de sillarejos en hiladas concertadas, unidas con mortero de cal de Teil, que forma un verdadero monolito, con casi uniformidad de resistencia. Su peso, de 246 tm, genera un coeficiente de seguridad de 2,15, más que suficiente para asegurar la estabilidad de la pila.

Las pilas metálicas, construidas de hierro, son del tipo clásico, con charnela de giro sobre el eje de apoyo y grapas en el macizo de fábrica, que sirven de base a la parte metálica.

El puente en el siglo XX

El puente del Hacho ha sobrevivido durante más de un siglo a situaciones sociales, pasando por repúblicas, dictaduras, una guerra civil y una larga represión social. Se sirvieron del puente del Hacho para cruzar el valle del río Guadahortuna.

Ya desde su construcción se convirtió en un claro referente de la ingeniería y de la arquitectura, pues es el puente de hierro más largo de España. Dio trabajo de forma directa a cientos de personas durante su construcción, que se prolongó casi una década, originando un poblado que se ubicó en los alrededores de la estación Alamedilla-Guadahortuna y pervivió en la zona hasta la década de los años 1950, en que las condiciones de vida, endurecidas por la posguerra, provocaron uno de los mayores éxodos de emigración de la historia moderna.

Después de cruzado el puente, el tren entra en un túnel, y a la salida de éste, en la provincia de Jaén. El paso del tiempo y los avances tecnológicos provocaron la aparición de máquinas Diésel, con mayor potencia y mayor capacidad de arrastre, provocando que la estructura del puente se resintiera. Pronto quedó sobrepasado, olvidado y abandonado al expolio y a la acción del tiempo.

Antes de una década, la estación de Alamedilla-Guadahortuna quedó en total desuso, junto con el Puente de Hierro del Hacho. Diez años más tarde, RENFE lo vendió a un chatarrero madrileño, junto con otros puentes de la misma línea que fueron destruidos.

A mediados de noviembre de 1978, un trabajador de la compañía eléctrica que realizaba trabajos cotidianos coincidió en un bar del pueblo con un grupo de trabajadores forasteros que habían ido a derribar y trocear el puente de Gobernador, y a lo largo de la comida se comentó que el siguiente puente sería el del Hacho. Al regresar a Alamedilla al final de la jornada, el trabajador de la compañía eléctrica dio la alarma y compartió con sus convecinos la noticia, informando a las autoridades de Granada.

El alcalde, Abelardo Corral, llevó a cabo con la protesta de los vecinos de Alamedilla. Puesto al habla el gobernador de Granada, José María Fernández Fernández, con Vicente González Barberá, delegado provincial de Patrimonio Artístico y Monumental, concluyeron en incoar expediente2​ para su declaración como Monumento Histórico Artístico, una forma legal que paralizara la destrucción del puente. La Guardia Civil, mandada inmediatamente por el gobernador, desmontó las cargas de dinamita, ya instaladas en la base de los pilares.

Sin embargo, aquel expediente no llegó a tramitarse, iniciándose posteriormente una nueva tramitación para la declaración del puente como Bien de Interés Cultural.